¿Puedes tener un hurón si tienes un gato?
Esta pregunta es relativamente compleja de responder porque no tiene una única respuesta, puesto que depende de los mismos animales que deben vivir en la misma casa, en particular de su carácter.
Tener un hurón y un gato no puede considerarse imposible, aunque a veces no da buenos resultados, ya que la convivencia entre los dos animales depredadores en algunos casos no es del todo satisfactoria y los conflictos se manifiestan en forma de enfrentamientos.
Sin embargo, normalmente el hurón, que suele ser quien tiene la iniciativa de establecer una relación con el gato, más que el gato con el hurón, prefiere el juego en sí a las acciones violentas, lo que hace que, salvo en algunos animales con temperamento, normalmente, pero sin intenciones defensivas ni agresivas.
Sin embargo, cabe destacar que introducir un hurón en una casa si antes estaba habitado por un gato es una decisión que siempre comporta un cierto riesgo, ya que depende de muchos factores, no todos controlables y, por tanto, es algo, en parte sujeto al azar.
¿Un gato es peligroso para un hurón?
El gato representa un cierto riesgo para la integridad del hurón, aunque naturalmente menor que si fuera un perro, por su tamaño generalmente más pequeño y por su manera de defenderse basándose en rascarse en vez de morder, emitiendo de forma preventiva rezadas amenazadoras.
El gato es un animal que pertenece al gran orden de los carnívoros, al igual que el hurón, y aunque pertenecen a diferentes familias, felinos y mustélidos, lo cierto es que ambos mamíferos son unos magníficos depredadores.
El gato doméstico es más fuerte que el hurón porque pesa más de tres veces lo que pesa un hurón medio, lo que le hace potencialmente más peligroso de lo que podría ser un hurón para el mismo gato.
Sin embargo, el hurón es un animal muy activo, con ganas de descubrir mundo y mucha energía que puede suponer ciertos riesgos para el gato.
¿Cómo puedes tener un hurón y un gato juntos?
Para acercarse a un hurón y un gato, es necesario hacerlo con extrema precaución, permitiendo que los dos animales se acostumbren a la presencia del otro.
Para empezar, una persona aguantará el hurón y otra la cogerá de la misma forma. De esta forma dejaremos que los dos animales se sientan, pero manteniendo una cierta distancia de seguridad, pero deberemos procurar que en este caso no sea el hurón quien perjudique al gato, con sus juegos a veces algo violentos.