Cómo es tener una chinchilla en casa

 La chinchilla, el roedor que puede vivir tanto como un perro

No hay hámsters, conejos, perros o gatos. La chinchilla es un animal de tamaño medio, muy sociable, cariñoso e inteligente, que tiene una esperanza de vida envidiable. Requiere poco cuidado y su aspecto es muy agradable. ¿Alguien da más?

Quizás nunca has pensado en tener una chinchilla como mascota. Porque, en realidad, hay opciones populares mucho más obvias: como hámsters o conejos. Sin embargo, las chinchillas se encuentran a medio camino entre las dos, con un aspecto similar a los roedores pero de tamaño cercano a los conejos, a la vez que tienen una longevidad igual a la de los perros y gatos.

Cómo es tener una chinchilla en casa

Lo primero que debemos saber si queremos entender el mundo de las chinchillas es que la diferencia entre las chinchillas salvajes y las domésticas es muy importante, su pelaje, peso y adaptación al medio son diferentes. Son originarias de los Andes, precisamente de sus picos, por lo que son capaces de soportar temperaturas muy bajas pero ambientes secos.

En 1900, era un alimento muy codiciado

Durante la primera mitad del pasado siglo, este animal estuvo a punto de extinción porque se había puesto de moda, no como mascota sino como alimento. Concretamente, el género más amenazado era el que pesaba hasta 8 kilos y cuyo sabor era muy demandado en las tablas de América Latina, la caza de estos ejemplares salvajes se convirtió, por tanto, en una actividad muy rentable. Sin embargo, después de un largo período de paz, la especie se salvó de la extinción y empezó a convertirse en un animal doméstico, pero sólo entre las especies más pequeñas de chinchillas.

Las dimensiones de este animal, en su género doméstico, no superan los 20 centímetros de largo y pesan entre 600 y 800 gramos. A diferencia de otras especies, en ésta, los ejemplares femeninos son los mayores y pesados. Se caracterizan por su aspecto compacto y por su pelaje muy fino y denso. En la pirámide trófica, las chinchillas son tomadas, a merced de los depredadores, por eso han desarrollado su propio sistema de protección: la piel.

Cada folículo de la chinchilla tiene hasta 50 pelos y pueden perderlos fácilmente y casi voluntariamente en caso de ataque accidental. Para defenderse de otros animales que intentan comérselos, deben soltar su pelaje cuando el depredador está a punto de devorarlos: cuando estos pelos finos y cortos caen al hocico del atacante, el atacante puede estornudar (o por lo menos quedar desconcertado). ). ), y así liberar la chinchilla que huirá asustada para salvarle la vida.

Comportamiento de la chinchilla

Curiosamente, es un animal más inteligente y "empático" que el hámster y el conejo. La chinchilla tiene un comportamiento muy dócil y cariñoso, generalmente integrándose perfectamente en el entorno doméstico. Sólo debemos tener un poco de cuidado con los niños y los desconocidos, porque es un animal muy sensible e incluso podríamos llamar frágil, así que si nuestros hijos quieren jugar demasiado con la chinchilla, podrían hacerle daño.

Se recomienda no mantener la chinchilla al alcance de los niños pequeños si no tienen la edad suficiente para interactuar con ella sin rebasar sus límites. La chinchilla puede intentar "defenderse" como hace en el medio natural y liberar su pelaje para escapar. Tanto es así que incluso es capaz de desvincularse de la cola si la situación es muy estresante e insoportable. Posteriormente, la chinchilla consigue regenerar todos los pelos caídos y la cola vuelve a crecer, como la de los lagartos.

El nivel de inteligencia de la chinchilla radica en la relación que logra mantener con los humanos; es capaz de reconocer a los miembros de su familia y mantener diferentes grados de confianza o juego. Son animales muy tranquilos, sociables y cariñosos. Se comunican con los humanos mediante su voz, en forma de gritos y mordeduras cariñosas para transmitir cariño o necesidades específicas.

Cuidados y alimentación

Alimentar las chinchillas no es especialmente caro, sólo necesitan unos 25 gramos de alimento al día, puedes utilizarles alimentos especiales y complementarlos con verduras frescas, ni siquiera sería una mala idea reservar esos alimentos naturales como recompensa. Por tanto, es un animal herbívoro, aunque ocasionalmente puede comer algún insecto.

Lo importante a tener en cuenta si te planteas cuidar una chinchilla es que el lugar donde vive debe mantener unas condiciones estables de frescura y sequedad, para parecerse lo más posible a su entorno doméstico. Estos animales toleran muy mal el golpe de calor, pero tampoco toleran la humedad.

Como buen roedor, la chinchilla es un animal nocturno, no se recomienda modificar sus biorritmos, por tanto es muy importante no molestarle interrumpiendo su sueño diurno. Por la noche, no será raro escuchar la chinchilla paseando por su jaula y haciendo ejercicio con su rueda de roedor. Aunque tu chinchilla puede vivir en una pequeña jaula cuando era un bebé, cuando llega a la edad adulta necesita tener mucho espacio para moverse, así que no escatimas espacio.

Si la chinchilla está bien cuidada, se tiene en cuenta la temperatura y la sequedad del entorno, se alimenta adecuadamente y se respeta su tranquilidad por no llevarla a situaciones de estrés y ansiedad, es un animal que puede llegar a elevarse. la ocasión. a los 15 años, que es un excelente registro para un pequeño mamífero de ese tamaño. A diferencia de los hámsteres, no es frecuente que desarrollen cáncer, pero sus problemas de salud habituales están más relacionados con problemas dentales, así como problemas digestivos y parásitos.

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